Para muchos niños, el baño puede ser un momento de berrinche y caras largas. Pero no te desanimes: en esta nota te brindamos consejos y tips para convertir la rutina de higiene en una experiencia placentera y súper divertida.
- Temperatura agradable: verificá que la temperatura del agua sea la adecuada: ni muy fría ni muy caliente. Una buena opción es sumergir el codo y comprobar que esté tibia.
- Juguetes de baño: buscá juguetes seguros y resistentes al agua, como patitos de goma, libros para ese fin, barcos… ¡y mejor si tienen colores llamativos! Serán compañeros ideales para contar historias y hacer que el momento sea distendido.
- Música: podés poner canciones alegres o las favoritas de tus chicos, para cantar y bailar mientras chapotean en el agua.
- Productos de higiene infantil: para seguir creando un ambiente único, te recomendamos usar esponjas de baño coloridas, con formas divertidas y especialmente suaves. Son excelentes para hacer juegos de espuma y para dejar que los niños exploren su textura. Son fáciles de agarrar y manipular, lo que permite que se laven solos bajo tu supervisión. También, podés utilizar jabones con formas de animales o figuras geométricas y shampoo/acondicionadores con aromas frutales.
- Premios y celebraciones: cuando finalice el baño, celebrá el logro de tus hijos con pequeñas recompensas, como aplausos, felicitaciones o algún “permitido”. De esta manera, reforzarás la idea del baño como actividad positiva.
- Rutina: establecé una rutina de baño a la misma hora todas las noches, siguiendo los mismos pasos. Esta dinámica ya conocida les dará seguridad y tranquilidad.
Con estos simples consejos, la hora del baño puede propiciar un espacio para crear recuerdos felices y fortalecer lazos familiares.
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